lunes, 15 de enero de 2018

La sinfonía invisible

En pocos trabajos de Espacio Libre la persistencia de la memoria fluye con desconcertante sutileza como en “Café inútil orquesta” (2017). Definida como un “experimento escénico” –algo habitual en las piezas del grupo fundado por Diego La Hoz–, este montaje sitúa al paisaje urbano como un escenario de convivencias riesgosas y atropellos silenciosos.
Karlos Lopez Rentería, Jhuliana Acuña
y Javier Quiroz
De acentuada sensorialidad y poética desoladora, esta ficción escrita por Karlos López Rentería encuentra eco en el naufragio de la Casa Barco. Ícono de épocas solariegas, la desaparición de esta casona presagia el despiadado avance de la gentrificación: es el futuro que sepulta –y olvida– la memoria de las ciudades y sus ciudadanos. En un barrio de sueños hipotecados, tres seres idealistas aspirarán a concretar un anhelo común: hacer música. Javier Quiroz, Jhuliana Acuña y López Rentería resistirán juntos convirtiendo la soledad de la noche en un pentagrama infinito y solidario. Para lograrlo, “Café inútil orquesta” establece un vínculo íntimo y musical con su audiencia.
Guitarra en mano, Quiroz acompañará las locuras del trío; mientras que la tesitura de Acuña aportará jovialidad y encanto, aunque con escasos matices. En la tartamudez de su papel, López Rentería interpretará al personaje más sensible y entusiasta de esta improvisada banda.
La "troupe" a órdenes de Diego La Hoz
Y, aunque esta “troupe” no destaque por sus voces, sí sorprenderá por la firmeza de sus móviles y la sincronía de su protesta. En la búsqueda de un ritmo original, la banda jugará con alternativas no verbales como el movimiento corporal o lenguajes artificiales como “el pajarístico”, idioma de los pájaros que trina libertario y valiente.
Se suman versos populares de Andrés Soto o Nicomedes Santa Cruz hasta la sicodelia de Soda Stereo o el desenfado de Les Luthiers. La Hoz juega a gusto con la dramaturgia para esbozar un mensaje de sonidos e imágenes antes que palabras –la literatura aporta de forma más sutil– que funde en una atmósfera lúdica, casi críptica.
Aunque corre el riesgo de fatigarse audiovisualmente, equilibra la puesta con una performance coreográfica y el protagonismo de los objetos. Reúne instrumentos tradicionales (flautas y melódicas) con elementos comunes (latas, monedas, interruptores o maderas) que crearán un aire de genuino amateurismo y caótica experimentación.
Café inútil orquesta
La sobria escenografía destaca por una disposición rigurosa mientras que la utilería brilla por abstracta versatilidad. A buen ritmo, “Café inútil orquesta” ensaya las posibilidades sediciosas de un discurso “no verbal” inesperado y armónico. Al compás de la nostalgia urbana, el trío interpreta una sinfonía invisible para una ciudad ruidosa.
¿Lograrán algo en concreto? Ni los músicos de esta “inútil orquesta” lo saben con exactitud. Quizá, nadie los escuche. La partitura escénica que propone Espacio Libre no ofrece respuestas, solo deja una melodía de bemoles urbanos y sostenidos fugaces que resuenan en el espectador.

FICHA ESCÉNICA
“Café inútil orquesta”
Concepto y dramaturgia: Karlos López Rentería
Dirección: Diego La Hoz
Elenco: Jhuliana Acuña, Karlos López Rentería y Javier Quiroz
Diseño lumínico: Diego La Hoz y Karlos López Rentería
Asistencia Técnica: Alexandra Jiménez
Diseño e ilustración: Yuriko Tanaka
Fotografía: Nilton Minaya Bottoni
Asistencia de producción: Diego Chumpen
Producción general: Espacio Libre Teatro

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