domingo, 17 de diciembre de 2017

Miedos cibernéticos

Los reencuentros suelen esconder inesperados desenlaces o sombríos secretos. Los protagonistas de “Taller de reparaciones” no escapan a esta lógica ahora que son unos entrañables treintones que intentan insertarse en una civilización modernizada, irónicamente salvaje e indiferente.
"Taller de reparaciones" de John Pollono
A través de estos personajes arquetípicos, la curiosa adaptación realizada por Diego Lombardi de “Small Engine Repair” (2012) del estadounidense John Pollono (Nueva York, 1972), desafiará los prejuicios y estereotipos que justifican algún tipo de agresión o intolerancia. Bajo la dirección de Lombardi, la puesta explora los niveles de violencia (y sus consecuencias) alcanzados por una comunidad inmersa en “selfies” y redes virtuales. A pesar de los eventos ajenos al montaje*, este sesudo y oportuno trabajo cierra una brillante temporada para Break Producciones
No hacen falta detallar demasiado para advertir el peso de la violencia en la trama. Eso explicaría por qué el vehemente Frankie (un rol explosivo de Oscar López Arias), el decidido dueño de la mecánica, se quiebra cuando asoma la relación enfermiza que mantiene con su ex esposa.
Murray (Joaquín de Orbegoso) y
Frankie (Óscar López Arias)
Si bien el inmaduro Murray (fresco y juvenil Joaquín de Orbegoso) disfruta de fugaces amoríos, su vida cobra “mayor sentido” al fastidiar a Packie (irreverente Daniel Neuman), el tercero de los amigos que a su edad no posee aspiración concreta ni parece haber desarrollado cierta madurezVistos así, los tres amigos son víctimas de un sistema incomprendido que suele rezagar a unos sin contemplaciones. El contrapunto llega con Chad (Gabriel Gil, de rebuscada presencia), un sofisticado veinteañero que sin mayor esfuerzo marcará un abismo entre ambas generaciones.
La historia es tan redonda que su resolución es un ardid perfectamente alineado a este sistema. A pesar del respeto excesivo por el libreto original (muletillas que podrían suprimirse y el uso de locaciones foráneas), Lombardi acierta al impregnar un cariz psicológico y cómico a su historia con equilibrio y buen ritmo en toda la puesta.
Chad (Gabriel Gil)
Su elenco supera los clichés (excéntricos o machistas) para entregar un trabajo natural, verosímil y, en especial, presto a solucionar imprevistos en función. La escenografía es realista y marca dos ambientes (el taller y un recibidor) por los que se distribuye las escenas fluidamenteEl vestuario encaja con el estilo de los protagonistas, mientras que el sonido y luces inciden sin tanto aspaviento. Aunque “Taller de reparaciones” intente componer vidas en un escenario de pasiones avivadas, su finalidad parece, más bien, el de un centro de diagnóstico sobre el grave desfase –empático, solidario y emocional– que etiqueta (o taggea) a las nuevas generaciones sin que eso asombre.
Nota: La función reseñada tuvo al elenco original de la obra. Posteriormente se incorporó Micky Moreno en el rol de Packie.

FICHA ESCÉNICA
“Taller de reparaciones” de John Pollono
Dirección: Diego Lombardi
Elenco: Oscar López Arias, Joaquín de Orbegoso, Daniel Neuman y Gabriel Gil
Lugar: Centro Cultural Ricardo Palma (Av. Larco 770, Miraflores)
Temporada: Del 17 de noviembre al 17 de diciembre
Funciones: De jueves a domingo a las 8pm
Un montaje de Break Producciones

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