jueves, 26 de octubre de 2017

Un duelo poético

Un confuso episodio acabó con la vida de Leonidas Yerovi Douat (1880–1917) en las puertas del diario La Prensa a inicios del siglo XX. Este hecho real sirve de insumo para “Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor”, una bellísima pieza escrita por Celeste Viale Yerovi con indudable valor familiar.
Yerovi (Janncarlo Torrese)
y Sánchez (Alfonso Dibós)
Desde la escritura, la autora –nieta de Yerovi– intenta reivindicar el pasado con un retrato equilibrado, nostálgico y humano de su abuelo. Su aproximación se ampara en la rigurosidad histórica (de viajes y aventuras literarias) sobre las que oportunamente desliza elementos meta–teatrales y de ficción.
El director Jorge Chiarella maneja adecuadamente los planos (tempo–espaciales) hasta conseguir una historia interesante y fluida en dos actos bien actuados y estructurados. Con sutileza e ingenio, intercala a Yerovi como eje histórico y, a la vez, un irreverente espectador de su época.
Desde el inicio “Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor” se torna sombría. El protagonista sale al encuentro de un destino ineludible: es rechazado por su padre, es abatido en un duelo desleal y atestigua su propio juicio
En medio de esos visos tragicómicos, Yerovi (impecable trabajo de Janncarlo Torrese) brilla excéntrico y grácil.
"Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor"
Su personalidad bohemia atraviesa logros (su consagración con “La de cuatro mil” o el semanario “Monos y monadas”) y fracasos sin aspavientos. 
Su madre (intenso rol de Daniela Rodríguez) se erige en una voz de justicia en un caos sentimental y maternal. Alfonso Dibós encarna a Manuel Sánchez, el homicida de Yerovi, en un desempeño sobrio y gravitanteEl elenco (Laly Guimarey, Neskhen Madueño y Fiorella Milla) que los acompaña despliega un trabajo emotivo, preciso y versátil
Algunos realizan dos o tres papeles exigentes y disímiles como Paul Ramírez en sus roles de Julio Málaga, amigo de Yerovi y caricaturista, el juez y un huésped español. Con una dramaturgia cuidada y metafórica (Yerovi, el pájaro que no canta ni vuela), el montaje trasciende los coloquialismos añejos hacia una pieza de diálogos poéticos y vivaces
El bigote risueño de Yerovi
El plausible trabajo de iluminación y las proyecciones audiovisuales añaden tensión y dramatismo a medida que avanza la obra.
Chiarella emplea la perspectiva circular de la sala para esbozar un teatro/juzgado que convierte al público en un jurado atemporal. Por si fuera poco, el arma homicida aparece como un “guiño” contemporáneo que quiebra la cronología en escena sin perder de vista la universalidad de las causas.
“Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor” marca algo más que una despedida solemne. Es el rescate de la dignidad y aprecio esquivos en vida y que un siglo después es restituida por la propia familia. Leonidas Yerovi, el criollo de bigote risueño, puede aplaudir desde el parnaso eterno.

FICHA ESCÉNICA
“Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor” de Celeste Viale Yerovi
Dirección: Jorge Chiarella Krüger
Elenco: Janncarlo Torrese, Alfonso Dibós, Daniela Rodríguez, Paul Ramírez, Laly Guimarey, Neskhen Madueño y Fiorella Milla
Temporada: Del 23 de septiembre al 4 de diciembre
Funciones: De jueves a lunes a las 8pm / Sábados y domingos a las 7pm
Lugar: Teatro Ricardo Blume (Jr. Huiracocha 2160, Jesús María)
Entradas: S/. 50 (General), S/.35 (Jubilados) y S/. 25 (Estudiantes)

domingo, 8 de octubre de 2017

Exterminio familiar

Una inesperada visita detona la acción de “Vigilia de noche”. En un encuentro forzoso descrito por el sueco Lars Norén (Estocolmo, 1944), dos hermanos distantes –en todo sentido– afrontan, con un humor descarnado, el abismo que atraviesan las relaciones personales en el seno familiar.
Andrea Montenegro, Luis Alberto Urrutia,
Giselle Collao y Yamil Sacín
Las circunstancias son poco esperanzadoras. Sin la presencia viva del padre, el reciente funeral de la madre y rencores acentuados por herencias y recuerdos, ambos hermanos inician una conversación imposible, violenta y, a la vez, humana, tan característico en las piezas dramáticas de Norén.
El director Carlos Acosta aprovecha los incontables conflictos del texto (una respetuosa versión del argentino Daniel Veronese) para trasgredir los códigos tradicionales de la familia. El montaje revela, en un carrusel de sentimientos encontrados y rencillas silenciadas, la fragilidad de dichos lazos.

UNA LARGA NOCHE
Con la imprevista llegada de Alan (el acertado Luis Alberto Urrutia) a la casa de John (un incontenible Yamil Sacín) se socava la paz inicial. Urrutia compone un papel irónico, irascible y metódico con matices verosímiles, mientras que a Sacín le basta con un despliegue imperturbable, frío y esquizofrénico.
"Vigilia de noche", puesta de Imativa
La comparsa femenina no se queda atrás. Charlotte (Giselle Collao, precisa e intensa), oculta bajo una atracción erótica con John una relación de sumisión enfermiza, mientras que Mónica (una discreta Andrea Montenegro), guarda en su perfil despistado los secretos de su matrimonio con Alan. Estos esquemas encajan en una relación tirante a nivel fraternal y conyugal. John admiraba a su padre, mientras que Alan adoraba a su madre, aunque el matrimonio no funcionara. En “Vigilia de noche” el opaco brillo de los padres ausentes –ya muertos– impregna el presente de los hijos.

GUARDIA EMOCIONAL
La interacción atosigará a los personajes y los forzará a aliarse o repelerse. Los diálogos –cargados de ácidas ironías–, esbozarán una frustrante incomunicación. El silencio expresará, a su modo, desazón o amargura que, gracias a un bien pauteado humor negro, logrará dosificar las escenas más convulsas.
Charlotte (Giselle Collao)
La cuidada dirección de Acosta imprime un ritmo parsimonioso al montaje, incluso, en los momentos más reveladores. Los acompañamientos de luz a los monólogos de Mónica, aunque vistosos, no aportan escénicamente mucho. En cambio, acierta con una escenografía funcional y un vestuario acorde. Entonces el cálido hogar pasa a convertirse en un infierno que no perdona ni la memoria de los padres fallecidos. “Vigilia de noche” enseña que ni la sangre o el apellido hermanan tanto como las vivencias y empatías; un rasgo que van perdiendo las sociedades contemporáneas.

FICHA ESCÉNICA
“Vigilia de noche” de Lars Norén
Dirección: Carlos Acosta Ahumada
Versión: Daniel Veronese
Asistencia de dirección: Josie Mendoza y Alejandra Chávez
Producción ejecutiva: Yamil Sacín
Traducción: Francisco J. Uriz
Elenco: Luis Alberto Urrutia, Andrea Montenegro, Giselle Collao y Yamil Sacín
Lugar:  Museo de Arte de Lima MALI (Paseo Colón 125, Centro de Lima)
Las funciones van de viernes a lunes a las 8pm / Domingos a las 7pm
La temporada culmine el 16 de octubre
Entradas: S/. 40 (General) S/. 20 (Estudiantes y jubilados)
Un montaje de Imativa Producciones