miércoles, 19 de agosto de 2015

Batallas silenciosas

Las palabras del programa de mano de “Un monstruo bajo mi cama” nacieron del corazón. Es una carta que Gabriel De la Cruz, director de esta obra, dedica a su madre en un momento gravitante de su vida: la revelación y aceptación de su homosexualidad en un país de tradiciones coloniales.
Ella no lo dejó solo, sino que se convirtió en su aliada. Por eso cuando fue a ver el montaje que su hijo dirige con solidez en la Alianza Francesa de Miraflores, sintió su voz mimetizada entre las de seis jóvenes que hablaban sobre su sexualidad con valentía. 
Esas reminiscencias la encandilaron y conmovieron. Luego de la grata “Desde afuera” (2014), el director se interna nuevamente en las experiencias personales –mediante un trabajo de equipo– para ofrecer un montaje reveladoramente humano. Lo que él ve y siente en escena son temores, anhelos y sueños que nada tienen que ver con simplificadas etiquetas de género.

AMORES REALES
Situada en el teatro testimonial con una premisa espontánea, De la Cruz trabajó con seis personas –nada amilanados en escena a pesar de no ser actores– para construir cuadros desenfadados con ingenio (la escena de aquella congresista de la Constitución de 1993 y el concierto de una popstar) y recuerdos sobre la vida escolar.
Una de las escenas más añoradas
de "Un monstruo bajo mi cama"
Por momentos, comedia musical, drama o varieté, “Un monstruo bajo mi cama” no pierde su naturaleza confesional. Desde esa orilla se aproximan mejor a la compleja relación entre una madre y la homosexualidad. Este vínculo –crucial en la transición de la negación a la aceptación– es descrito con ternura, a veces, y dureza, en otras. Bajo esa poética cautivante y enternecedora, el discurso político funciona. Ello reside en las voces de Mariano Amézaga (un acertado trabajo con toques de piano), José Carlos Goytizolo (una grata revelación), Henry Huere (de destacada presencia), Jonathan Rojas (de buenos matices), Orlando Sosa (una aparición enternecedora) y Fernando Villena (con roles a la medida) y el mensaje de igualdad que encarnan con natural convicción.

COLECTIVO PLURAL
Todas las escenas fueron hilvanadas por sus testimonios –con un cariz puro y genuino– sobre la vida, los amores ganados o perdidos, los anhelos y derrotas. “Un monstruo bajo mi cama” es una propuesta valiente porque brilla con lucidez y sobriedad en tiempos de avejentados prejuicios y morales relativas.
Goytizolo, Sosa, Villena, Huere, Rojas y Amézaga
Sus valerosos portavoces disfrutan su “drama” con la picardía de una travesura de niños. Ellos saben, de corazón, que una sociedad más justa solo será posible si se olvidan las diferencias. Con el desprendimiento de quien revela un secreto, esta pieza confesional aporta una pequeña luz en todas esas direcciones. Evocadora y nostálgica, “Un monstruo bajo mi cama” es un sutil homenaje a las luchas silenciadas por la cotidianeidad de las costumbres y la desidia estatal. La lucha por el reconocimiento está y ellos no están solos. Basta la última línea del programa de mano para saberlo:

“Esta obra es para ti. Por todas las cosas que no te puedo decir y ellos dirán por mí”

DATO
TRILOGÍA. En noviembre próximo No tengo miedo presentará “Desde afuera”, “Al otro lado del espejo” (con un elenco íntegro de mujeres) y “Un monstruo bajo mi cama” por solo tres semanas.

FICHA ESCÉNICA
Dirección: Gabriel De la Cruz Soler / Asistencia: Dusan Fung
Elenco: Mariano Amézaga, José Carlos Goytizolo, Henry Huere, Jonathan Rojas, Orlando Sosa y Fernando Villena
Recursos audiovisuales: Rodrigo Flores Consiglieri
Diseño de luces: Oscar Naters
Lugar: Teatro de la Alianza Francesa (Av. Arequipa 4595, Miraflores)
La temporada va del 6 al 24 de agosto de 2015
Las funciones van de jueves a lunes a las 8pm
Producción general: No tengo miedo
Informes en www.notengomiedo.pe

No hay comentarios:

Publicar un comentario