viernes, 3 de abril de 2015

El refugio perfecto

La moral es temporal y relativa. Varía según los principios de una época y, con frecuencia, puesta a prueba, en especial, cuando se contrastan las normas éticas propias y las ajenas. Si eso pasa, como en “El Hombre del subsuelo”, estas ideas escapan por un oscuro sendero hacia un entorno hostil como la sociedad.
Elenco de "El Hombre del subsuelo"
Esta grata reposición (va hasta el 6 de abril) nació de dos miradas artísticas integradas. Una propiciada por la teatralidad de un texto poderoso y provocador, una buena adaptación de “Memorias del subsuelo”, de Fiódor Dostoievski (1821–1881), una cuidadosa dirección y actuaciones viscerales y desencantadas. Con acierto, Gonzalo Rodríguez Risco y Josué Méndez adecuaron la premisa novelesca: la lucha de un funcionario público que, harto de la corrupción, se aleja de su contaminado círculo para recluirse en sus juicios. Las críticas de El Hombre (notable papel de Pietro Sibille) descubrirán a una sociedad decadente y frívola.

SOMBRA HUMANA
Desde su guarida –cual zona de confort–, este excéntrico personaje desafiará y condenará aquello que le resulta detestable o inmoral: la corrupción, los deleites vanos, el arribismo y las apariencias. Sus parlamentos y movimientos, cargados de sarcasmo y melancolía, entonan con la presencia y actitud de Sibille.
Pietro Sibille en un notable
rol como "El Hombre"
La dicotomía de la puesta sirve a los instigadores propósitos de El Hombre: desde una soledad teórica a la práctica social. En principio, Sibille domina la escena y revela el objetivo de su encierro y su oscura lógica, mientras que, en un segundo momento, se advierten los riesgos de aplicar tales ideas en convivencia.
La fallida reunión con Simonov, Ferfichkin, Zverkov y Trudolyubov (aceptable trabajo de Juan Carlos Pastor, Guillermo Castañeda, Mariano Sabato y Alex Mori, en ese orden) o el encuentro con la prostituta Lisa (Andrea Luna) resultan episodios reveladores y dolorosos. La esencia de El Hombre se contrasta a sí mismo, dada la poca profundidad de sus fugaces antagonistas.

SOLEDAD INTERACTIVA
Existe, además, una segunda arista funcional aporte de Méndez. La puesta se nutre de recursos cinematográficos con el uso de una webcam. Este artilugio moderno permite efectos expresivos impensables en teatro: primeros planos (de Sibille) y proyecciones (con desenlaces paralelos) adecuados a la escenografía realista. 
Una inesperada reunión, escena
de la obra 
Aunque un debate purista podría validar o no el uso de estos elementos, lo cierto es que su poder intensificador para la acción (las denuncias de El Hombre) y el ritmo (con advertencias iniciales y caídas de nieve) es efectivo. Todo esto sostenido por una iluminación acertada y las escenas musicalizadas bastante amenas.
“El hombre del subsuelo”, una puesta que habría brillado en el Festival de Artes Escénicas de Lima (FAEL), despide su segunda temporada en el Centro Cultural de la PUCP con tantos aplausos como reflexiones. Un efecto inesperado –o quizá, esperanzador– para una ciudadanía que pondera ufanas ironías y frívolas victorias.

Ficha escénica
“El hombre del subsuelo”, basado en la novela “Memorias del subsuelo”, de Fiódor Dostoievski
Dirección: Josué Méndez
Dramaturgia: Josué Méndez y Gonzalo Rodríguez Risco.
Elenco: Pietro Sibille, Andrea Luna, Guillermo Castañeda, Juan Carlos Pastor, Alex Mori y Mariano Sabato.
Lugar: Centro Cultural PUCP (Av. Camino Real 1075, San Isidro)
La temporada va hasta el lunes 6 de abril
Funciones: De jueves a lunes a las 8pm
Más información en el evento de la obra