viernes, 27 de marzo de 2015

Redención erótica

Desde su título, “Katrina Kunetsova y el Clítoris gigante” estaba predestinada a excitar a la audiencia. Su mágica historia bastaba para ruborizar, escandalizar y, curiosamente, enternecer. Sensaciones nacidas, con delicada ironía, de la confesión de una famosa actriz de la industria pornográfica de República Checa.
Explícito y excitante por donde se imagine. La pieza escrita por Patricia Romero (Sala de Parto, 2013) exhibe, sin pudores, tabúes o prejuicios, la lucha femenina por conciliar el rol de mujer y madre, sin desligarla de la sexualidad. Su protagonista, en este caso, se redime desde un terreno ideado para el placer masculino.
Tras una breve temporada en la Alianza Francesa en 2014, “Katrina Kunetsova…” ha sido repuesta en el Centro Cultural Ricardo Palma de Miraflores hasta el 22 de marzo. Un lujo en escena que, en unos meses, partirá a Mar del Plata, en Argentina, sede del 11° Festival Iberoamericano de Teatro “Cumbre de las Américas”.

VIDA DE PELÍCULA
A punto de retirarse, Katrina (Kareen Spano, de notable trabajo) decide convocar a una rueda de prensa para aclarar las razones sobre el fin de su carrera. Esa partida confesional servirá de señero para un flashback sobre su vida solitaria y sus anisas de un amor verdadero, un elemento alejado de sus lujuriosas escenas de set.
La lectura dramatizada (con Gisela Ponce de León como “Katrina”) del I Festival “Sala de Parto”, en 2013, señaló el rumbo dramatúrgico que tomaría su autora. 
Ella pasó de las historias infantiles (“Amiguitas”, “Killari” o “El Juego de la Oca”) hacia un sórdido mundo pintando a sus protagonistas con trazos naturalistas.
Su dramaturgia –a la medida de Spano–, le permite desarrollar a la actriz un papel con soltura, encanto y rara dulzura. 
Tanto así que la rudeza del texto –de alta carga erótica y alusiones pornográficas explícitas– se torna dulce en voz de Katrina, en especial, durante las alucinadas escenas milagrosas con San Juan Nepomuceno. Son destacables los giros fantásticos con que juega –y dirige– Romero a modo de misterios religiosos, que no opacan la ternura de Katrina. Mérito logrado en base a diálogos atrevidos, de gran sensibilidad, y con un ingrediente: producir esa risa nerviosa que rebela cuán conservadora es nuestro entorno.

POSES DIFÍCILES
De algún modo, su petición “humaniza” a la industria del porno, aquel parnaso de figuras esbeltas y gónadas inquietas en el que amar en serio suena improbable. Sus compañeros de cama: Jacobo “Todo Terreno”, Iván “El Grande” y Costa Ivanovic (Gianni Chichisola, Luis Baca y Sergio Paris) cumplen su papel a cabalidad.
Ellos aparecen como seres superficiales, vanidosos y arribistas. Seres fugaces cuya maldad –en acentuados matices– marca las dificultades que la ilusionada actriz deberá superar para redimirse. 
Lejos de los avatares sexuales, Katrina revelará su fragilidad e ingenuidad para las ilusiones nacidas de relaciones catastróficas.
La estela purificada del santo (Claudio Calmet) y el doctor Svoboda (Hernán Romero), en cambio, juegan un rol neutro y aceptable. La escenografía sensual e íntima (y el decorado es sugerente) incita a la curiosidad y la imaginación, y se integran en una dirección bien encaminada. 
Desde la frágil Katrina, la autora, irrumpe una voz, cada vez más fuerte, que busca quebrantar los últimos prejuicios sociales sobre la sexualidad femenina, sin miradas de condena. Y habla de una realización de género que no depende de un hombre, sino del amor y la aceptación. En esa carrera, las mujeres llevan la delantera.

Ficha escénica
“Katrina Kunetsova y el Clítoris Gigante”, de Patricia Romero
Dirección: Patricia Romero
Elenco: Kareen Spano, Hernán Romero, Sergio Paris, Luis Baca, Gianni Chichisola y Claudio Calmet
Temporada: Del 18 de febrero hasta el 22 de marzo
Funciones: De jueves a domingo a las 8pm
Lugar: Centro Cultural Ricardo Palma (Av. Larco 770, Miraflores)

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