sábado, 1 de noviembre de 2014

Mundos fácticos

Con las ucronías, delicioso género literario sobre realidades alternas, es posible delirar y configurar escenarios plausibles e intrigantes. Gobiernos totalitarios, sistema de control mental y subversivas estrategias para el bienestar común que ocultan acciones represivas desconciertan en sus páginas.
Presunto culpable”, nueva obra de Daniel Amaru Silva (Lima, 1987), pertenece a esa dimensión, en teoría, ficticia y lejana. Una guerra devastadora, desaparición de opositores y la justicia como índice de éxito gubernamental son las metáforas que describen universos paralelos donde ser feliz es una obligación.
Sobre ellos se establece una sólida pugna entre la lógica política y la razón humana (con sus imperfectas libertades). Una notable puesta codirigida entre Rodrigo Chávez y Amaru Silva que puede apreciarse hasta esta noche en el Galpón Espacio, un reducto dedicado al riesgo escénico situado en Pueblo Libre.

Una larga conversación
Varios de sus pasajes finamente absurdos nos remiten a “El Proceso”, de Franz Kafka, mientras que su atmósfera gris se emparenta fácilmente a clásicos de ciencia ficción distópica como “1984” (1949), de George Orwell, “Un mundo feliz” (1932), de Aldous Huxley, y “Fahrenheit 451” (1953) de Ray Bradbury.
Amaru Silva sumerge a sus personajes en ese futuro desconcertante. 
Su Defensor Público 27 (excelente trabajo de Gabriel González) parece provenir de ahí con sus movimientos robóticos y diálogos calculados –crítica al sectarismo político– que resultan intimidantes y aportan una defensa cerrada al sistema.
Acosta (muy acertada actuación de Carlos Acosta) es un reo inofensivo –casi patético– e hijo de un combatiente del bando vencido que, desde su apariencia, resulta inquietante y misterioso. Los dos seres, polares en la obra, son, al final, vulnerables y prisioneros del orden instaurado aunque desde frentes opuestos.

Futuro prometedor
El buen trabajo actoral sostiene la relación (confusa y tensa) del abogado y su potencial cliente ayudado por diálogos precisos –ideal para las teorías bizarras–, premisas perturbadoras (identidades alfanuméricas) e irrenunciables derechos carentes de razón como “No entender nada” o “Guardar silencio”.
La intriga por saber el delito de Acosta revela la corrupta manipulación de un sistema que se jacta de justo y transparente. Su proscripción de ideas (como la religión o la poesía) es una “cacería de brujas” que revela cómo el poder más fáctico (Sistema Patria Ley) se ve en peligro ante el libre albedrío ciudadano. Con una dirección conjunta acertada, buenos detalles técnicos (iluminación precisa y escenografía metálica), “Presunto culpable” avizora ese mundo que podría construirse ahora sin que lo sepa. A veces, es mejor conocer o proyectar ese futuro para cambiarlo. O, al menos, intentarlo.

Ficha escénica
Presunto culpable”, de Daniel Amaru Silva
Dirección: Daniel Amaru Silva y Rodrigo Chávez
Elenco: Gabriel González y Carlos Acosta
Producción Ejecutiva: Pamela Puglianini
Dirección de Arte: Aarón Rojas
Vestuario: Claudia Torres Donayre
Realización de Escenografía: Alex Sermeño
Ilustración y Diseño Gráfico: Melissa Golte
Asesoría en Maquillaje: Melissa Puch
Diseño de iluminación: Vanessa Geldres
Lugar: El Galpón Espacio (Av. La Mar 949, Pueblo Libre)
Funciones: Viernes, sábados y domingos a las 8pm
Temporada: Del octubre hasta el 1 de noviembre
Más información en la página de la obra

No hay comentarios:

Publicar un comentario