sábado, 11 de mayo de 2013

Enigmáticas sombras

Hay piezas teatrales que generan alguna respuesta o solución. En otras, en cambio, lo que asoman son interrogantes. Quizá sea el caso de Sombras”, pieza del autor noruego Jon Fosse (Haugesund, 1959).
En esta historia, los seis personajes cotidianos y arquetípicos –desde el nombre–  deambulan sin un motivo aparente por un extraño lugar tejido con recuerdos lejanos.
Recuerdos que jamás se apartarán de uno como si fueran una sombra, aunque luzcan inconexos, distantes, oscuros o hirientes. Este escenario sobrecogedor y desolador es propuesto por Martín Tufró, director de esta puesta, en el Auditorio del Centro Cultural de El Olivar de San Isidro.

Indefinido y atemporal
En “Sombras” el tiempo y el espacio pasan inadvertidos. En ese limbo cada uno de los personajes flota y cuenta, en la medida de lo posible, algunos hechos de su vida. Sus relaciones –confusas y dispersas– poseen un conector común que el espectador irá descubriendo a lo largo de este montaje de casi una hora. 
Quienes aparecen son la Madre (Montserrat Brugué), el Padre (Sergio Paris), el Amigo (Santiago Magill), la Chica (Sofía Humala), la Mujer (Rebeca Ráez) y el Hombre (Gerardo García Frkovich) y cada uno encarna a la sombra deslucida de otra que flota en una dimensión desconocida. La genialidad de esta pieza de Fosse reside en contar una historia con apenas retazos y pistas levemente específicas. Ello es bien aprovechado por el director y el elenco para entregar una historia colmada de reflexiones, dilemas, olvidos, decepciones y miedos que son los contrastes  de nosotros mismos.

Retando al destino
Quizá, por eso, llama la atención la naturaleza de sus diálogos: que oscilan entre la angustia, un temor inusitado y un aparente estado de tranquilidad. Y es lo que sus seis protagonistas arquetípicos logran reflejar al no querer aventurarse más allá, al no enfrentarse a lo inexorable… un destino ya jugado.
Es de destacar también la escenografía –ideada por Marta Osorio y Tufró– y la iluminación (diseñado por Mario Ráez) que recrea los vitales ocasos de esta historia. Sombras” es la primera obra de este poeta, narrador y dramaturgo contemporáneo estrenado en Lima, pero ya había sido representado en teatros de Argentina y Chile.
Una propuesta interesante y un riesgo bien asumido por su director y actores para construir una atmósfera de recuerdos grises y fugaces que debería observarse bajo una diáfana luz o desde alguna tiniebla personal.

Crédito de fotos: Pamela Celeste / CC El Olivar

Ficha artística
Sombras”, de Jon Fosse
Dirección: Martín Tufró
Elenco: Montserrat Brugué, Sergio Paris, Santiago Magill, Sofía Humala, Rebeca Ráez y Gerardo García Frkovich
Funciones: De jueves a domingo a las 8pm
La temporada va hasta el 19 de mayo.
Lugar: Centro Cultural El Olivar (Calle La República 455, San Isidro)

domingo, 5 de mayo de 2013

Una farsa bizarra

“El fin justifica los medios”. Esta frase del pensador Nicolás Maquiavelo (1469-1527) encaja con singular precisión en las dimensiones más oscuras del poder y en los mecanismos usados para lograr sus fines. En la Historia los ejemplos sobran y en “¡Baila con la Muerte!”, tragicomedia de arquetipos escrita por Maritza Núñez (Lima, 1958) danzan en un festín caótico.
Un banquete peligroso y embustero que se presenta hasta este domingo 5 de mayo en la renovada Sala de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD)
En él se transan favores políticos, intereses ocultos y eternos prejuicios inmersos en una Lima extrañamente hedonista de los años 50.
La historia recrea una fiesta que congrega a personalidades políticas, económicas y artísticas en casa de un general –irreverente alusión al general Manuel A. Odríaantes de las elecciones de 1956. En ese entonces, se debatía el voto de las mujeres o la conscripción del APRA, y las candidaturas se decidían entre noches de jarana y mambos de Dámaso Pérez Prado.

Noche frenética
Los anfitriones Nella (María José de Zaldívar) y Sergio (Leonardo Torres Descalzi) han apostado su futuro político en las próximas elecciones y organizan una pequeña fiesta. A ella acuden un empresario exitoso (Gustavo Mac Lennan) y su divertida amante (Rocío Ántero – Cabrera) así como una mujer muy religiosa de acomodada posición (Pilar Núñez).
La insólita constelación de invitados incluye a una ex reina de belleza (Lieve Delanoy) y un ambicioso arquitecto (Nelson Tafur). Cada arquetipo  revela sus ideales e intrigas siempre acompañados de un halo arribista
Junto a ellos y con un protagonismo ganado están los mozos (Herberth Hurtado, Gerson del Carpio y Héctor Quispe). Los tres son una comparsa coreográfica amena, casi la de un vodevil. Una mención especial para Perico (Emilio Montero), el mayordomo principal, cuyas apariciones histriónicas son cómicas y ágiles; mientras que el pianista Luis Felipe Sánchez crea la atmósfera oportuna para cada situación de la puesta.

El juego político
Existe una orquestación macabra e inadvertida en el texto de Núñez. A pesar de ser exhibida en un solo acto, hay dos partes definidas. Una primera avocada a una farsa política y costumbrista moderna como una postal inspirada en algún libro de Guillermo Thorndike. El programa de mano cita uno en especial: “Los apachurrantes años 50”.
Los trazos del imaginario criollo y ridículamente afrancesado se entrelazan en cuadros entretenidos y cotidianos. Pero luego viene un quiebre audaz. El punto desencadenante tiene como pretexto la muerte de Nella, la anfitriona y esposa del militar, sin presagiar lo que está por venir.
Entonces aparece un segundo momento lleno de escenas sensuales, picardía y coreografías bastante sugerentes. Una apuesta bizarra, atractiva y escandalizadora a la vez. En esta parte, los preceptos del espectador (y de la sociedad también) son puestos a prueba entre la sorpresa, la risa nerviosa o el escándalo.

Inicio y fin
Un riesgo en escena sostenido con buenas actuaciones de un elenco experimentado pero fresco, y una dirección acertada. El vestuario, el diseño de luces, la escenografía y la composición musical (“El manguerazo” y “El bolero de Cuchita”, de Sadiel Cuentas) son impecables y no hacen extrañar a la producción en otros salas.
El resultado han sido funciones a sala llena en la ENSAD y opiniones y reflexiones de todo tipo, un ejercicio saludable para cronistas y espectadores de nuestro teatro. “¡Baila con la muerte!”, el montaje de esta autora peruana residente desde 1986 en Finlandia, ha inaugurado así la nueva etapa de la histórica sala y cierra su temporada esperando alguna reposición futura que nos dé más para comentar.

Crédito de fotos: Fernando Criollo / VyV Comunicaciones


Ficha artística
“¡Baila con la Muerte!”, de Maritza Núñez
Dirección: Jorge Sarmiento Llamosas
Elenco: María José de Zaldívar, Leonardo Torres Descalzi, Pilar Núñez, Gustavo Mac Lennan, Lieve Delanoy, Emilio Montero, Rocío Ántero - Cabrera y Nelson Tafur. Emilio Montero, Luis Felipe Sánchez, Herberth Hurtado, Gerson del Carpio y Héctor Quispe
Última función: domingo 5 de mayo a las 6:30pm
Lugar: Sala de la Escuela Nacional Superiorde Arte Dramático - ENSAD (Paseo de la República cuadra 4, en el Parque de la Exposición)
Más información en el evento de la obra.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Vidas paralelas

¿De qué depende la personalidad? ¿Tenemos sólo una o yacen ocultas otras? En Opción múltiple”, el dramaturgo mexicano Luis Mario Moncada (Sonora, 1963) ensaya una divertida respuesta a estas preguntas con cierta mirada psicológica. La obra fue escrita en 1999 y tras dos traducciones y una veintena de puestas, llega a Lima.
Ahora coproducido por el Teatro de la Universidad Católica (TUC) y dirigido por Miguel Talledo, este montaje es una comedia fresca y ágil que entretiene de principio a fin. Un juego de personalidades, caos mental y enredos poco conscientes que se presenta los martes y miércoles en el Teatro Larco.

Obra espontánea
En el programa de mano, Moncada afirma haber escrito esta pieza sin mayores pretensiones. En ella, Diana (Andrea Chuiman) es una joven cuyos traumas de infancia la han llevado a desarrollar diversas personalidades, cada una lista para una circunstancia. O, quizá, para todas.
El autor sitúa su historia en una cena romántica en la que nada luce bien. Una fórmula efectiva que tiene en el escenario a Chuiman, quien inspira toda la inseguridad y ansiedad de una chica en apuros, a punto de encontrarse con un joven vanidoso llamado Gerardo (Junior Silva). 
A su lado, sus personalidades intentarán auxiliarla entre las reflexiones ecuánimes de Julia (Fiorella Díaz) o los atrevidos arrebatos de Petra (Masha Chávarri). Son divertidos los personajes de la ruda Sabueso (Mayra Olivera) y la ingenua Olga (Alexa Centurión), las otras dos "yo" de Diana.

Galería personal
De la interacción de cada una de ellas con el aspirante a novio se originarán divertidos enredos. Por su parte, los tres papeles masculinos (Medardo, un vendedor de cristalería, Gerardo y un doctor que ayuda a Diana) son interpretados por Silva, un actor de buenas cualidades para la comedia. Eso dicen sus roles televisivos.
Sin embargo, a diferencia de la televisión, el teatro y, en especial, la comedia revisten otros códigos que Silva ha ido asimilando función tras función. Ello ha ayudado a que el actor diferencie sus roles sin compartir los disfuerzos y ademanes (exigidos por cada personaje). Un buen recurso con miras a futuros papeles escénicos.
En suma, un elenco de buen trabajo y una correcta dirección convierten aOpción múltiple en una obra ideal para pasar un momento agradable en días en los que no suele haber funciones. De ese modo, el Teatro Larco –administrado por Plan 9– se ha convertido en uno de los pocos escenarios de nuestra ciudad con una programación escénica diaria. Un notable esfuerzo.

Ficha artística
 “Opción múltiple”, de Luis Mario Moncada
Dirección: Miguel Talledo
Actúan: Andrea Chuiman, Junior Silva, Alexa Centurión, Fiorella Díaz, Masha Chávarri y Mayra Olivera.
Lugar: Teatro Larco (Av. Larco 1036, Miraflores)
Funciones: Martes y miércoles a las 8pm
La temporada va hasta el 22 de mayo

Crédito de fotos: Ericson Reyes / Opción múltiple