miércoles, 4 de diciembre de 2013

Abajo el amor

Buscar la felicidad amorosa es un juego extraño. Con ilusiones que rara vez se agotan o devalúan, parece ser un negocio garantizado, perdurable y sin fecha de expiración. Corporación Amor reúne a un grupo de expertos en encontrar el amor perfecto –aquel bien intangible que une o rompe corazones– o, de lo contrario, reembolsar su inversión.
Aquí se hace el amor” explora este sentimiento como un valioso insumo vital o un sobrevalorado producto comerciable en una puesta divertida y delirante
Esta locura escénica nacida en colectivo –como una terapia– trae a escena a cinco espíritus irreverentes y apasionados.
Con ellos, cada noche el Centro Cultural El Olivar se convierte en un íntimo y cálido aposento donde confrontar, con desenfado y poco pudor, los mitos y verdades sobre las parejas ideales, la felicidad y el amor. ¿Se atrevería a entrar?

Salven la empresa
El montaje tiene un comienzo irregular presentando el modus vivendi de los integrantes de la compañía, pero luego cobra mayor ritmo. Poco a poco, se esboza una comedia inteligente, con enredos y divertidas casualidades cuando Brad Pitt y Angelina Jolie, rostros visibles de la corporación, enfrentan una crisis amorosa y entablan una demanda por una posible separación.
La puesta se torna fluida y se sostiene cuando la desconfianza sobre la corporación obliga a replantear todo. 
Las relaciones entre ellos, su desempeño como equipo o el programa de matchmaking (búsqueda por afinidad), por ejemplo. Mientras solucionan el asunto surgirán verdades insalvables, inevitables temores y extraños delitos.
La elección y abordaje a este tema –el amor– resultan notables. Más si se considera que el proceso esquiva frivolidades y clichés habituales. Así, Brangelina –como solían referirse a esta famosa pareja– es sólo un recurso utilizado con ingenio. Incluso, es curiosa la 'aparición estelar' de ambas celebridades en el montaje.

Espíritus rebeldes
El elenco, por su parte, explota las cualidades de sus personajes en equilibrio, sin caer en la parodia. Está Felipe Di Bernardi (un interesante Gerardo García Frkovich) como co-fundador de la corporación, un tipo frío y práctico; a su lado, Lola Corcuera (una intensa Julia Thays), quien encabeza el área de matchmaking, pero irónicamente desconfía de sus sentimientos.
Memo (un ocurrente Mario Ballón) es el poeta del grupo y autor de acertadas rimas en toda la obra; Nina Petrovich (una versátil Natalia Cárdenas), la eficaz asistente de Felipe que intenta equilibrar su vida profesional y amorosa; y la ilusa Anita Bocángel (encantadora y divertida Malu Gil) en el área de selección.
Este trabajo ha sido una buena oportunidad para descubrir otros registros de Ballón, Gil y Cárdenas. 
O de sorprenderse con las evoluciones de García Frkovich o Thays. Y revela también lo encomiable de una creación colectiva inspirada y dedicada que involucra a los cinco autores/actores/actrices y a Ronnie Farfán como asistente de dirección.

Love is in the air
No obstante, la buena fórmula del montaje no sólo reside en su ágil y entretenida propuesta. Es destacable su musicalización con un setlist de lujo que incluye a Ray Charles o la banda Ex, quienes evocan el amor fugaz, travieso o anhelado. Punto aparte para la escenografía temática y funcional en todas las atmósferas.
Aunque los tiempos sigan cambiando, es probable que las locuras en nombre del amor continuarán. Y este trabajo colectivo lo demuestra. 
Según la perspectiva con que se vea, Aquí se hace el amor puede ser un dulce arrebato o un delirio desencantado vivido con el frenesí de los apasionados, la precaución de los lúcidos o la libertad de los soñadores.


Ficha artística
Creación colectiva de Mario Ballón, Natalia Cárdenas, Ronnie Farfán, Gerardo García Frkovich, Malu Gil y Julia Thays
Actúan: Mario Ballón, Natalia Cárdenas, Gerardo García Frkovich, Malu Gil y Julia Thays
Lugar: Centro Cultural El Olivar (Ca. La República 455, San Isidro)
Las funciones van de jueves a domingo a las 8pm
La temporada culmina el 15 de diciembre
Más información en la página o evento de la obra

lunes, 25 de noviembre de 2013

Testimonio de madre

Encontrar puestas con temáticas poco usuales es un reto en los circuitos teatrales de Lima. Sin embargo, en Espacio Libre de Barranco suelen presentarse algunos montajes que recogen, por ejemplo, los aciagos días de la violencia política y cuyo reflejo aún es escaso en la dramaturgia peruana tradicional.
Uno de esos textos que duelen por las verdades que encierran o las heridas que dejaron en el alma es “Mamacha Dolores”, un trabajo alegórico plasmado en una veintena de hojas de testimonio doloroso y sincero. 
Esta evocadora pieza escrita por Antonio Díaz Florián revela, con fuerza y desconsuelo, una serie de vicisitudes de una determinada madre en la época oscura de la violencia política.
El montaje unipersonal de poco más de una hora es una interpelación sentida y sincera –el reclamo genuino de una mujer andina, fuerte y perseverante– ante la Mamacha (una de las formas con que fue asimilada la Virgen María en el imaginario popular andino). El resultado es un momento de revelación profunda y simbólica que viaja al corazón.

Fuerza de madre
En primer lugar, Aurora Colina aparece vestida de saqra –encarnación maligna, rubia y de piel blanca– para contarnos su desgracia y su denuncia. Su dolor proviene de las entrañas de los Andes: su corazón desolado. Sus palabras oscilan entre la amargura y el desconcierto, aunque es posible rastrear en ellas una esperanza lejana.
Ella busca una verdad: la desaparición de su hijo (y los del pueblo), algunos perdidos bajo las botas del abuso militar, y otros en medio de la insania de quienes buscaban un cambio apelando al terror. Pero ella continúa su incansable búsqueda. 
Lo que impregna su testimonio de una intensa emoción que no ha perdido vigencia y que socaba la indiferencia de las generaciones ajenas. Sin embargo, para Aurora Colina como para los espectadores en la sala, los olvidados, los nombres injustamente acusados, los que aguardan una salida, los que partieron… esa espera continúa.

Ficha artística
“Mamacha Dolores”, de Antonio Díaz Florián
Dirigida por Antonio Díaz Florián
Actúa: Aurora Colina
Única función el martes 26 de noviembre a las 9pm
Lugar: Casa Espacio Libre (Av. Balta 802-A, Barranco)
Más información en Espacio Libre

sábado, 23 de noviembre de 2013

Esperado reencuentro

Dos amigos, dos personajes, dos historias e infinitas emociones envuelven a “Dúo”. Esta sublime coincidencia escénica reúne a Alberto Ísola y Gianfranco Brero en un montaje apasionante tras dos décadas desde que trabajaran juntos en “Ardiente paciencia” (1991), de Antonio Skármeta o “La Nona” (1993), de Roberto Cossa en el Teatro Larco de Miraflores.
Por esos días Ísola dirigía la Asociación Cultural Umbral y, en 1994, en el taller de actuación que dictaba estaban Giovanni Ciccia y David Carrillo, los actuales directores de la Asociación Cultural Plan 9. Con la dirección de Ciccia y la asistencia de Carrillo, esta puesta delinea los anhelos postergados y envejecidos por la vida y el tiempoAquellas batallas inconclusas nacidas de la ilusión de épocas mejores y el deseo vehemente de que toda existencia humana, por muy efímera que sea, trascendiera de alguna manera. Y es que cuando la vida asalta con interrogantes dolorosas y profundas, las respuestas retrospectivas apenas asoman con luces insuficientes.

Encierro voluntario
Esta sensación de buscar en el pasado las consecuencias del presente aparece en las dos obras argentinas que componen “Dúo”. En “El acompañamiento” del dramaturgo Carlos Gorostiza (Buenos Aires, 1920), Tuco (un Brero apasionado e idealista) es un operario de fábrica a punto de jubilarse que decide iniciar –o retomar– su carrera como cantante de tango.
Este quijotesco arrebato le cuesta un voluntario encierro en su casa. Cierto día lo visita su gran amigo Sebastián (Ísola aparece como un pragmático equilibrio), dueño de una bodega y una personalidad realista
Entre momentos gráciles y cómicos (las escena animadas por las gárgaras), y recuerdos juveniles irán descubriendo que no existen límites de edad para creer en los sueños
Resulta divertido apreciar la negociación de ambos en planos psicológicos y amicales mientras esperan al acompañamiento. La habitación con artefactos de inicios del siglo XX, la nostálgica voz de Gardel y ese curioso dejo que suena a Buenos Aires y, a veces, a Lima fueron acertados puntos de la puesta.

Amor en espera
En “Príncipe azul”, del autor y médico psicoanalista Eugenio Griffero (Buenos Aires, 1936) reside un reto importante. Esta obra saltó a escena por primera vez en 1980 en plena dictadura militar en Argentina y marcó un hito al revelar un amor frustrado entre Juan y Gustavo (Ísola y Brero, dos hombres desolados y reprimidos) y su reencuentro sesenta años después.
Ambos regresan a la playa en la que fueron felices en su juventud para encontrar una respuesta que los tranquilice. 
Sentados en una banca, irán recordando sus glorias personales, quizá para ocultar su temor o la emoción al verse de nuevo. Vestidos de blanco, Juan y Gustavo parecen estar listos para el designio aún cuando la vida parece extinguirse.
La calidad actoral de Ísola y Brero encandila. Cada pieza es un round escénico para cada actor, un certero golpe emotivo, tangos de añoranza y una reflexión sobre las heridas de la vida –aquellas deudas existenciales– que no se borran con los años. "Dúo" es una demostración plausible de que los reencuentros, en la vida o en las tablas, siempre son gratas sorpresas o mágicas casualidades.

Crédito de fotos: Teatro Plan 9

Ficha artística
“Dúo”, dirigida por Giovanni Ciccia
Asistencia de dirección: David Carrillo
“Príncipe azul”, de Eugenio Griffero
“El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza
Actúan: Alberto Ísola y Gianfranco Brero
Lugar: Teatro Larco (Av. Larco 1036, Miraflores)
Las funciones van de jueves a lunes a las 8pm / Domingos a las 7pm
La temporada culmina el 16 de diciembre
Más información en Teatro Plan 9

viernes, 8 de noviembre de 2013

Futuro incierto

Un concierto de esquivas posibilidades domina “Rockstars”. En esta historia escrita y dirigida por Ernesto Barraza (Lima, 1979), los azares del destino desafían los sueños de cuatro amigos que fuera del colegio imaginan su vida como estrellas de rock
Entre dilemas y decisiones, cada quien buscará realizar su anhelo sin perder de vista el rumbo
Una premisa básica que esboza el estilo de Barraza y que es posible rastrear en otros trabajos como “Break” (2011) o “Botella borracha” (2012)Por ejemplo, la transformación generacional, los ejercicios irresolubles del pasado y los dilemas venideros. En “Rockstars”, el autor continúa esa línea con un resultado dinámico y fresco, aunque sin la carga dramática que se esperaba.

Pequeños ídolos
Y es que en “Rockstars” los personajes son carismáticos, bien delineados, pero de poca profundidad psicológica. El origen podría residir en la dramaturgia, pero que no logra corregirse en la dirección. Una seria dificultad si se considera que todos ellos están inmersos en el trance de la adolescencia a la adultez.
Se ve a Sebastián (Stefano Salvini), líder de la banda y el más idealista del grupo. El vocalista considera que la música no sólo puede cambiar la sociedad, sino ser su modus vivendi. Piensa eso hasta que recibe un quiebre existencial con la aparición de la fotógrafa Claudia (Jely Reátegui).
A Sebastián se contrapone Sergio (Gabriel González) quien comparte sus sueños musicales con los sólidos estudios en Derecho. Completan la banda Marco (Andrés Salas), el irreverente baterista que zigzaguea con su futuro y Renzo (Nicolás Valdés), aspirante a rockstar que estudia repostería antes de los ensayos.

Rumbo a escena
Las actuaciones son naturales y correctas. A pesar de la ausencia de un rol antagónico –salvo los azares y las situaciones inesperadasla puesta transcurre de forma entretenida y ágil en escena. Los disfuerzos de inmadurez, el vocabulario juvenil y la ‘chacota’ animan los diálogos, mientras la estética rocker conjuga la atmósfera con buen tino. La música es otro notable acierto.
El escenario realista –un garaje convertido en lugar de ensayo– está al servicio del montaje gracias a un acertado trabajo de luces y sonido. Sin embargo, la puesta ofrece un difuso desenlace: como si fuera un final abierto que si bien es espectacular se diluye en el epílogo de la historia.
Al margen de este detalle, no puede desmerecerse la producción de este director y dramaturgo. Ha sido uno de los ganadores del Festival Sala de Parto de La Plaza con la pieza “Bésame mucho” –a estrenarse en 2014– y hace unos años su obra “El duende” ocupó el tercer puesto en el Segundo Concurso de Dramaturgia “Ponemos tu obra en escena”.

Foto: Grace Hoyle / Aliette Bretel

Ficha técnica
“Rockstars”, de Ernesto Barraza Eléspuru
Dirección: Ernesto Barraza Eléspuru 
Dirección adjunta: Diego Lombardi
Elenco: Stefano Salvini, Jely Reátegui, Gabriel González, Andrés Salas y Nicolás Valdés
Lugar: Centro Cultural Ricardo Palma (Av. Larco 770, Miraflores)
Las funciones van de jueves a domingo a las 8pm
La temporada culmina el 17 de noviembre
Más información en el evento de la obra
Una producción de Break Producciones

lunes, 4 de noviembre de 2013

Héroe ciudadano

Ni en Ciudad Gótica o Metrópolis se imaginarían a un justiciero que se dedique a luchar por la libertad luego de… ¡amasar panes! Y menos que la ciudad ficticia en la que vive necesita salvar su democracia en época electoral y que bien podría ser la irreverente Lima. Pero existe en el universo de El Vigilante Enmascarado.
Se trata de un superhéroe, sin mayor poder que su convicción en la justicia y la verdad. Con elementos del cómic, la política, la tragedia clásica y mucho humor, esta fantasía musical enfrenta a un joven panadero contra las oscuras fuerzas de una mafia enquistada en el poder.
Un reto complicado por la galería de enemigos a los que combatir como por el desafío que se impusieron David Carrillo, Maritza Núñez y Sadiel Cuentas –dupla que presentó hace pocos meses “Baila con la muerte”– para montar una pieza musical Off-Broadway. Dos hazañas que apreciar las noches de martes y miércoles en el Teatro Larco.

¡A salvar la ciudad!
El texto de Núñez delinea una sombría urbe. En clave de farsa, alusiones políticas y mediáticas –con paralelismos divertidos–, y una sutil ironía, la dramaturga sitúa al héroe enmascarado en esta metrópoli gobernada por autoridades ambiciosas y corruptas. La zozobra y el temor de los primeros instantes de la obra atrapan e inquietan.
La sensación se intensifica cuando aparecen los villanos que han tomado la ciudad: la alcaldesa tirana Albertina Midori (Bárbara Falconí), la conductora de TV Lara Pozo (Emily Yacarini) y los esbirros (Carla Valdivia, Óscar Meza y Jonathan Ram), oscuros personajes encargados de intimidar a la ciudadanía.
Es ahí que aparece un humilde panadero que intenta salvar la ciudad. El papel de este curioso superhéroe recae en Martín Velásquez, de buena actuación y técnica vocal. A él se contrapone el perverso Vladim Montés (un antagónico bien llevado por Toño López) y asesor de la burgomaestre. 
Ambos personajes son equilibrados y giran en torno a otros que luchan por la libertad o el amor desde la clandestinidad.
Por ejemplo, está un extraño anciano llamado el capitán Julio (José Antonio Buendía) que se convierte en el mentor del novel justiciero, una figura usual de los cómics. Luego, como por viñetas, aparecen la valiente comunicadora Rebeca (Nella Pantoja); o el canillita Calichín o el estudiante Emilio (interpretados por Valentín Prado). En la otra orilla figuran empresarios corruptos, indefensos vecinos o panelistas ‘comprados’ de un talk show.

Comedia musical
El acertado uso del contexto convierte a esta obra en una interesante fotografía que no olvidar. El trabajo actoral (con un elenco egresado íntegramente de los talleres de formación de Plan 9) es destacado. Múltiples en escena, los actores revelan su versatilidad –en interpretaciones y registros– y dinamizan esta puesta con un buen dominio del género para ser la primera vez.
A pesar de sus letras con lirismo y humor, el montaje enfrenta ciertas dificultades. En ocasiones, la música (composiciones de Sadiel Cuentas) o el registro vocal de algunos intérpretes logra opacar a las voces femeninas. Y aunque se extrañen las coreografías, el montaje brilla por su sincronía y el buen manejo del espacio escénico.
Ayuda mucho el juego de luces (trabajo de Iván Reyes) para recrear las atmósferas en ciertos momentos. El Vigilante Enmascarado continuará su lucha con la misma fe que Plan 9 ha depositado sobre sus egresados (como en “Las mujeres y Wallace”). De esos anhelos compartidos surgen las batallas que vale la pena afrontar desde las tablas.

Fotos: El Vigilante Enmascarado / Bettina Villena / Silvano Gastaldo

Ficha artística
El Vigilante Enmascarado”, de Maritza Núñez
Dirección: David Carrillo
Composición musical: Sadiel Cuentas
Elenco: José Antonio Buendía, Bárbara Falconí, Toño López, Óscar Meza, Nella Pantoja, Valentín Prado, Jonathan Ram, Carla Valdivia, Martín Velásquez y Emily Yacarini
Lugar: Teatro Larco (Av. Larco 1036, Miraflores)
Las funciones son los martes y miércoles a las 8pm
La temporada culmina el 11 de diciembre
Más información en la página o el evento de la obra

lunes, 28 de octubre de 2013

La vieja escuela

Abrir un anuario de promoción años después de haber salido del colegio es enfrentarse a una época de alegrías lejanas. Tras once años de clases, profesores (buenos y malos), amigos y palomilladas, la impresión de esos años retornan en “Escuela Vieja: todo lo que quiso olvidar sobre la educación peruana.
Más que una mirada nostálgica, esta creación colectiva pasa lista a los defectos más recurrentes de la educación tradicional en el país. 
Los moldes pedagógicos desfasados, los castigos o el repetitivo estribillo cívico de los desfiles e himnos nacionales son insumos de este trabajo dirigido por Patricia Biffi.
Aquí también se revelan episodios poco gratos en las aulas. Casos de intimidación escolar –llamados ahora bullying– motivados por la apariencia física o las costumbres de los alumnos. Cuatro de ellos nos demuestran, en poco más de una hora, lo difícil de la vida escolar situable entre los años 80 y 90.

De vuelta al cole
Escuela vieja parte de una ironía. Alude a Escuela Nueva, el versátil texto escolar del profesor Augusto Benavides Estrada que sacó del apuro a varias promociones de colegio desde el desaparecido Venciendo. De este libro se extraerán ciertos conceptos desfasados y precisos para cada momento de la obra.
Alexa Centurión, Henry Sotomayor, Claret Quea y Gisella Estrada encarnan a los cuatro colegiales. Vestidos con el clásico uniforme plomo de colegio estatal, recrean situaciones en su paso de la infancia a la adolescencia. 
Sus roles son rápidamente identificables y van desde el chacotero, el aplicado, la gordita del salón y la chanconaDurante la secundaria se aprecian con mayor detalle la profundidad de sus personajes mientras van enfrentando a la vida, sino al sistema represor, como es visto, la escuela tradicional.

Clase dinámica
Su lucha es infructuosa, pero la denuncia es brillante. Lo hacen de memoria, dibujando cuadrículas en el aire, entre carpetas móviles y ágiles giros en el aula o un imaginario recreo. Son divertidas las escenas en las que una ruleta de juego resuelve un dilema vocacional o cuando se exponen los métodos drásticos para reducir los casos de bullying.
Es destacable la concentración y el desempeño dinámico del elenco y la acertada dirección que organiza varias de las escenas y acciones
La utilería juega a favor de la puesta por su simbolismo enriquecedor usando simples objetos como un pasamontañas, una caricatura o una hoja bond para el examen. Un montaje con nota aprobatoria.

Daños lectivos
En “Escuela Vieja” no hay profesores. Sólo una mano invisible y arbitraria que gobierna las aulas y moldean las mentes –las cuadriculan, en realidad– según el sílabo escolar. ¿Será distinta la situación en los colegios con sistema pre-universitarios o con uso de nuevas tecnologías? Quizá ese sería el punto de inicio de otra investigación y un futuro montaje.
La puesta pone en evidencia el fracaso de los modelos educativos convencionales y deja al descubierto el poco o nulo quehacer de las autoridades al respecto. Una tarea postergada si se considera que la educación peruana fue decretada en situación de emergencia en 2003. Y ya han pasado once años.
Escuela Vieja”, una de las cuatro obras ganadoras del programa Ayudas a la Producción y Exhibición de Artes Escénicas en Perú, fue presentado en el Centro Cultural España de Lima del 18 al 20 octubre y el 14 de noviembre próximo llegará a Arequipa.

Ficha artística
Escuela Vieja, creación colectiva
Concepto y Dirección General: Patricia Biffi
Dirección Adjunta: Carlos Delgado
Elenco: Alexa Centurión, Henry Sotomayor, Gisella Estrada y Claret Quea
Ilustración: Jesús Cossío
Producción Ejecutiva: Giuliana Zender
Lugar: Centro Cultural España (Jr. Natalio Sánchez 181, Lima)

viernes, 18 de octubre de 2013

Aprendizaje constante

Hay viajes que conocen de inicios más que de finales. Se inspiran en la aventura de abrir nuevas rutas en vez de seguir las trazadas ya en mapas o guías exploradas. Como lo espontáneo, es un fluir natural que motiva los episodios más solemnes, insospechados e sacrificados. Quizá, resida ahí la esencia y filosofía de los grupos teatrales.
Hace pocas semanas, el Cuarto Encuentro del Barranco puse en debate este paradigma. Presentó a El Baldío Teatro y a La Cordura del Copete, dos grupos de Argentina, cuyos aprendizajes han sido tan extensos como los kilómetros recorridos durante sus giras por geografías distintas.
Esa travesía tuvo una estadía de cuatro días en Lima. Con talleres y montajes entre Comas y Barranco, el encuentro fue plataforma para conocer la naturaleza de los grupos. ¿Qué los motiva? Diego La Hoz, fundador y director de Espacio Libre, considera que es “su intento de aprender a aprender. No hay una meta”. Pero, en realidad, hay más.

Vivir en diferencia
Es el momento en que los objetivos personales tienden a fusionarse con los anhelos colectivos. “Lo difícil no es trabajar con el otro, sino aprender a trabajar con la diferencia del otro”, cita La Hoz recordando otras experiencias. “En el caso de El Baldío esta convivencia es una fortaleza”, reflexiona Laura Martin, actriz y fundadora de este grupo.
Minutos antes, había representado “Polenta con pajaritos”, un sincero y didáctico montaje que reúne el largo aprendizaje, vivencias y vicisitudes de su grupo. “Hemos  crecido desde el encuentro con el otro, incluso, de modo inconsciente”, puntualiza Martin.
De El Baldío Teatro puede decirse que lleva más 25 años dedicados a la creación de sus rutinas físico-corporales, producción de espectáculos –en sala y espacios no convencionales– así como de difusión editorialUn logro coronado con la organización ininterrumpida del Festival de la Víspera, desde 1997.

Defensa personal
No obstante, la fragilidad grupal es una realidad que ensombrece la voluntad grupal. “Cada integrante es único, tiene sueños diferentes. Somos más fundamentalistas”, refiere Armando Madero, director de La Cordura del Copete, agrupación con trece años de vida en la escena argentina.
Estos inconvenientes son frecuentes cuando se distribuyen labores o se asume el liderazgo. Aunque contradictorio, para muchos grupos reside ahí el leit motiv creativo. “La identidad cambia siempre, pero esta crisis es el motor de construcción”, comenta Madero.
La Cordura del Copete surgió en 1999 con alumnos de la Escuela Municipal de Arte Dramático (EMAD) de Buenos Aires. Este grupo organiza el Festival del Copete y dirige una sala en la localidad de San Justo donde agrupaciones independientes propician el saludable hábito de compartir sus experiencias.

Blogs y revistas
En los últimos años ha aparecido un equipo un tanto anónimo que registra la noble obstinación escénica de los grupos y el teatro en general. Sucede con más éxito en los blogs que en los impresos. Los primeros aprovecharon la desaparición de las columnas publicadas para retratar los montajes o, si se puede, ofrecer una visión crítica.
Número 24 de MUESTRA y la edición impresa
de Cuarto Encuentro del Barranco
En la esfera virtual están El oficio crítico, de Sergio Velarde; El teatro sabe, de Gabriela Javier Caballero; El teatro de mi vida, de Alonso Chiri; entre otros. Un singular ejemplo es el reciente blog de Crítica Teatral Sanmarquina, un colectivo de críticos y reseñistas integrados por Ramiro Mirando, Bertha Ávila, Ada Landeo, Luisa Rivas y Maura Velasco.
Pero los impresos no se han extinguido. Desde el 2000 Sara Joffré edita MUESTRA, revista única en su género ya que publica dramaturgia inédita y entrevistas en sus páginas. Finalmente, hay que reconocer la publicación del Cuarto Encuentro del Barranco. Teatro (In)visible, edición gratuita y versátil que sirvió para elaborar este breve post.


Dos frases
“Tener como referentes a Cuatro Tablas o a Yuyachkani es valioso. La esencia de esos grupos –como la de todos– es que surgieron para revelarse contra un momento histórico”Estela Paredes – La Tarumba

“Si al formar un grupo te preguntas desde dónde partir o hacia dónde ir. La respuesta está muchas veces en la incertidumbre”Mario Delgado – Cuatrotablas

domingo, 6 de octubre de 2013

Juego de roles

Una obra puede tomar infinitos rumbos en escena. A veces dispersos,  paralelos, enredados y, otras tantas, inconclusos. Esta parece ser la naturaleza de “Lo que sabemos” (“In on it”, título original en inglés), escrita en el 2000 por el canadiense Daniel MacIvor (Nova Scotia, 1962).
Dirigido por Adrián Galarcep, este montaje presenta a sólo dos actores –y varios personajes– inmersos en tres historias que, a primera vista, parecen inconexas
De ese modo, la obra irá encontrando su propio sendero –podría parecer arbitrario o natural– cada noche de jueves a domingo en el teatro del Centro Cultural El Olivar de San Isidro.

¿Adónde vamos?
La pieza es una breve osadía dramatúrgica cargada de escenas intercaladas, multiplicidad de perspectivas y sutil espontaneidad. Con estos elementos se irán desprendiendo la angustia por la muerte y el anhelo por volver a ser feliz, sensaciones vertidas durante la hora y media de la puesta.
Y es que en “Lo que sabemos” (y en lo que no: sus bifurcaciones o revelaciones) reside el atractivo de este trabajo escénico. Es por eso que el texto de MacIvor es un juego o un desafío de quien explora las factibilidades argumentativas, mientras se desenredan escenas amparados en una casaca de cuero negro. Pero hay más.
Todo este supuesto plasmado y orquestado por Galarcep es demostrado en escena por Sergio Gjurinovic y Nicolás Galindo. En camisa, corbata y pantalón, los actores visten nuevas “pieles”, trasmutan de género, evocan edades lejanas a medida que trascienden sus propios papeles. Ellos reflexionan y se cuestionan sobre la relación entre actor y personaje.

En el fondo
La complejidad y profundidad de las emociones y sentimientos de sus roles es otro elemento destacable de la puesta. Es curioso ver cómo Galindo y Gjurinovic dan matices distintos a un mismo personaje (la señora Brenda King, por ejemplo) o cuando empiezan los momentos de baile con música de Lesley Gore.
¿Y el escenario? “Lo que sabemos” se vale de pocos elementos –apenas un par de sillas y la citada casaca– y el uso inteligente de las luces y efectos sonoros para recrear la atmósfera de un jardín apacible, una autopista de noche o un bullicioso bar
Sólo faltaría la curiosidad del espectador para descubrir la peculiar relación de estas historias y sus protagonistas. Y se podría anotar que a fines del 2011, Galarcep dirigió en este mismo lugar "Automáticos", de Javier Daulte, con un resultado aceptable. Esta vez, con un elenco menos numeroso, logra importantes aciertos y consolida su labor de director.

Crédito de fotos: C.C. El Olivar

Ficha artística
“Lo que sabemos”, de Daniel MacIvor
Dirige: Adrián Galarcep
Actúan: Sergio Gjurinovic y Nicolás Galindo
Traducción: Gonzalo Rodríguez Risco
Lugar: Centro Cultural El Olivar (Calle La República 455, San Isidro)
Funciones: De jueves a domingo a las 8pm
La temporada va hasta el 20 de octubre
Más información en la página de El Olivar y en el evento de Facebook.

sábado, 21 de septiembre de 2013

IV Encuentro del Barranco

Espacio Libre, grupo de teatro fundado y dirigido por Diego La Hoz en 1999, celebrará su “Cuarto Encuentro del Barranco – Teatro (In)Visible” entre el 24 al 29 de setiembre próximo. Este evento busca hacer visible aquello que se ha desdibujado en la tradición grupal de América Latina y requiere ser re-visada para la formación de las nuevas generaciones teatrales.
Esta edición, el encuentro tendrá la visita de El Baldío y La Cordura del Copete, reconocidos grupos de Argentina, con quienes se compartirá experiencias pedagógicas construidas desde su propia convivencia grupal durante seis días.
Serán más de 40 horas de intercambio: conversatorios, presentación de libros, talleres y funciones teatrales. Además, esta cuarta edición del Encuentro del Barranco tendrá como invitado especial a Edgar Guillén y por primera vez se realizará una Caravana Teatral Descentralizada al distrito de Comas coordinada por el grupo Grecia.

Días de teatro
Como en otros años, el “Cuarto Encuentro del Barranco – Teatro (In)Visible” publicará su Revista Documental –distribuida de forma gratuita en varios puntos culturales de la ciudad– con testimonios de los grupos invitados, artículos sobre grupalidad y pedagogía a cargo de los investigadores teatrales Araceli Arreche (Argentina) y Carlos Vargas (Perú).

Además la dramaturga e investigadora teatral Sara Joffré dedicará un sentido homenaje a Reynaldo D’Amore. Todas las actividades centrales se desarrollarán en la Casa Espacio Libre (Av Bolognesi 802-A, Barranco).  Para mayor información, puede llamar al 247-6346 o escribir al correo espaciolibreteatro@gmail.com



Por la diversidad cultural

Uno de los encuentros escénicos más importantes de Lima es el Festival Internacional de Teatro de la Científica. Este evento, impulsado por la Universidad Científica del Sur (UCSUR) desde hace ocho años, se desarrollará entre el 29 de mayo al 5 de junio del 2014 bajo el lema “Por la diversidad cultural”.
Por esa razón, esta casa de estudios ha ampliado la convocatoria para la novena edición del festival hasta el 30 de setiembre. Las temáticas son libres, aunque se priorizarán aquellas que trabajen líneas explorativas y originales y reflejen la pluralidad cultural. Es preferible que las piezas no excedan los 60 minutos.
Esta obras deben haber sido estrenadas en su país de origen y, si no hubieran sido escritos en idioma español, esto no deberá ser impedimento para su comprensión al escenificarse. Los grupos nacionales e internacionales interesados en participar pueden revisar las bases y la ficha de inscripción en la siguiente página: http://www.cientifica.edu.pe/festivaldeteatro/convocatoria

Octava edición
La edición de este año –el 8vo Festival– contó con la participación de grupos de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Puerto Rico y Perú. En total fueron 11 funciones a sala llena en las que pudo apreciarse la riqueza cultural latinoamericana así como la diversidad de sus lenguajes y propuestas escénicas contemporáneas.
En paralelo, se desarrolló el 5to Congreso Internacional de Teatro Contemporáneo, espacio de reflexión académica, con talleres abiertos al público, charlas a cargo de artistas internacionales y el estreno del elenco de la Facultad de Artes Escénicas y Literatura de la UCSUR. Para mayores informes, visite la siguiente página ww.cientifica.edu.pe/centro_cultural o escriba un correo a festivaldeteatro@cientifica.edu.pe.

viernes, 30 de agosto de 2013

Encuentros y partidas

La vida es una colección de sueños realizados o frustrados. Pero, ¿qué hay de aquellos postergados  alguna vez? Los tres personajes de “El nido de las palomas” se enfrentan a esta pregunta a pesar de llevar años viviendo en una evasión incesante de sus ideales. Sin embargo, tarde o temprano, el tiempo de decidir ha llegado.
Y eso es lo que se aprecia en esta obra escrita por Eduardo Adrianzén. En ella se remecen las gruesas alfombras donde envejecen los proyectos “dejados para después” para relucir la frustrante cotidianeidad de quienes abandonaron sus sueños por tiempo o para vivir acorde a los estándares sociales.

Constante búsqueda
Los tres personajes del montaje han superado la mediana edad con diferente suerte. Mónica (Yazmín Londoño) está embarazada; su esposo Raúl (Patricio Villavicencio) ha decidido viajar a Europa para dedicarse a escribir; y Patricia (Isabel Chappell), amiga de ambos y futura madre también, ha decidido volver luego de radicar en Estados Unidos.
Sus móviles son distintos pero confían en que al cambiar de país les irá mejor. Esperan encontrar –y encontrarse a sí mismos– fuera del país, o recuperar la confianza de vuelta a casa. En sus maletas guardan aquello que valoran más: varios libros, discos, poemas ocultos, una visa, pero añorando un poco de libertad.
“Ellos buscan algo de verdad sobre lo cual construir su verdad, sea el amor, la pareja, la paternidad o la profesión”, afirma Adrianzén en el programa de mano. Es curioso, pero esta pieza fue escrita en el 2000 cuando la emigración había disminuido, lo que no resta la intensidad de sus conflictos, sino que revela el desarraigo de unos y la esperanza de otros.

Juego nostálgico
La puesta dirigida por Renato Fernández es un plausible ejercicio de añoranza. El texto de Adrianzén y las citas al poema “Declaración de ausencia”, de Juan de la Fuente, confabulan para ello. El correcto trabajo de los actores brinda equilibrio cuando el “nido” se vuelve inestable, alegoría del cambio ansiado para sus tres protagonistas.
Y podría contarse un cuarto personaje: el país. La sensación nostálgica que despierta en sus habitantes origina un efecto magnético que impide tomar una decisión como iniciar un rumbo propio lejos de la patria. Aún quedan pocas funciones hasta el domingo 1 de setiembre para apreciar esta obra en el teatro Mocha Graña de Barranco.

Crédito de fotos: La Tribu Escena / FOTOREVES / Silvano Gastaldo Fotografía

Ficha artística
“El nido de las palomas”, de Eduardo Adrianzén (con poemas de Juan de la Fuente)
Dirección: Renato Fernández
Actúan: Isabel Chappell, Yazmín Londoño y Patricio Villavicencio
Lugar: Teatro Mocha Graña (Av. Sáenz Peña 107, Barranco)
Las funciones son los viernes, sábados y domingos a las 8:30pm
La temporada culmina el 1 de septiembre
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