viernes, 25 de mayo de 2012

La real herencia

“La ciudad de los reyes” es una curiosa colección de estampas sociales que desafía épocas y gobiernos. Escrita en los años sesenta por el dramaturgo Hernando Cortes (1927-2011) entre el desencanto y el desconcierto, este montaje desnuda escena a escena los problemas de una sociedad inconclusa como la peruana.
Teatro El Tábano, colectivo escénico fundado por el propio Cortés en 1961, traslada estas denuncias sociales sutilmente revestidas con colores, ritmos e idiosincrasia nacional al presente. Y las sitúa en Lima, una ciudad sin reyes (a cambio tenemos clases altas y sectores políticos), pero sí con súbditos, quienes, tanto ayer como hoy, consolidan el status de los arriba.


Alegoría limeña
Cada estampa es precedida por una copla rimada, una sátira cantada a guitarra criolla sobre la gran ciudad y se burla de sus poses señoriales, sus (malas) costumbres e inútiles disfuerzos. Por eso, sus historias crudas y tragicómicas hablan de frustrados anhelos, cotidianos defectos y de la miseria económica y, sobre todo, moral de sus autoridades y vecinos.  
Singular riqueza encontrada en sus personajes diarios. Por ahí asoman los pobres pícaros de “Los niños están a la venta” o desconfiados militares con anisas (¿una vez más?) de poder en “El general lanzó su candidatura”. O el par de vanidosos aristócratas de Lima que oculta su diluido abolengo entre perros de raza y caballos pura sangre en “Al portero le aumentaron el sueldo”.
Mientras que en “Abuse, usted, de las cholas”, el monólogo de su protagonista trasmite el dolor e impotencia por el maltrato recibido en una ciudad ajena que, irónicamente, es un rincón de su patria. Y ya, en 1967, Cortés se había animado a escribir un poco sobre la violencia política y el juego de las versiones oficiales como sucede en “El terrorismo se apodera de la capital”.


Unidad en el escenario
Aunque divididos en ocho cuadros, toda la puesta logra unidad escénica y musical elogiable. Los cambios de escenografía –mínima y funcional– son ágiles y prácticos. Y gracias a la naturaleza verosímil y cotidiana de sus tramas, el experimentado elenco de El Tábano narra las estampas con dinamismo, sin olvidar que, quizá, en nuestros días poco o nada ha cambiado.
Distante de las nostálgicas Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma, “La ciudad de los reyes” culmina su evocadora temporada este 27 de mayo en el Centro Cultural CAFAE-SE de San Isidro. Un justo homenaje para el maestro Cortés, quien partió el año pasado, y un mensaje imprescindible sobre el triste legado de defectos y racismos que desde hace siglos intentamos desterrar de nuestro imaginario.


Crédito de fotos: Teatro El Tábano

Ficha técnica
“La ciudad de los reyes”, de Hernando Cortés.
Actúan: Orietta Foy, Walter Huallpa, Juan Maldonado y Jorge Silva.
Música: Enrique Pinilla.
Intérprete: Miguel Sánchez.
Lugar: Centro Cultural CAFAE-SE (Av. Arequipa 2985, San Isidro)
La temporada acaba el 27 de mayo.

domingo, 20 de mayo de 2012

¿Salir del claustro?

La locura es una fuerza poderosa y poco conocida. Según Shakespeare, el príncipe Hamlet pudo descubrir al asesino de su padre valiéndose de ella; mientras que el soñador Quijote iniciaría así su episodio de batallas justicieras narradas hace varios siglos por Miguel de Cervantes Saavedra.
En ocasiones, sin embargo, la locura puede ser un apacible refugio para que desencantados ‘quijotes’ reposen de sus molinos eternos. En esta galería de héroes rendidos y, casi siempre, derrotados aparece el protagonista de “Tú no entiendes nada”, pieza del dramaturgo Juan José Oviedo (Lima, 1986). 
Este drama, con pinceladas existenciales, refleja los desvaríos de un mundo despiadado y cruel, aunque maquillado con cotidianas frases diplomáticas u discursos de autoayuda. Y es que, por alguna extraña razón, un joven líder motivador (Juan José Oviedo) vive recluido cómodamente en un sanatorio.


Palabras vacías
No sabemos a ciencia cierta si lo aqueja algún desorden mental, pero quienes lo cuidan: un doctor (Juan Carlos Ruiz) y una enfermera (Celeste Caprarulo) bastante despóticos intentan rehabilitarlo con métodos pocos convencionales (resulta curiosa la escena de lucha libre) para que abandone su autoexilio.
Durante este encierro varios de los diálogos entre los personajes concluyen con una confrontación que podría sonar vacía: “Entiendo” y “No. Tú no entiendes nada”. Sin embargo, guían la historia –no una, sino fragmentos de varias– confundiéndonos adrede y delineando la sensibilidad y soledad de sus protagonistas.
La actuación del elenco peruano-argentino es aceptable. Su buen trabajo y la escenografía geométrica y dicroma (en blanco y negro) sitúan al espectador en un claustro tenso y existencial, aunque seguro. Entonces, ¿por qué salir y retornar a la sociedad? Eso trata responder este montaje con buen resultado.


Clínica viajera
Como dato se puede agregar que, en noviembre del 2011, Teatro del Riesgo estrenó “Tú no entiendes nada” en Lima. Mientras que, en España, la actriz Mercy Bustos –junto al Grupo La Bruja Teatro– montó una puesta con una mirada femenina. La experiencia también estuvo en Argentina bajo la dirección de Juan Carlos Ruiz, quien junto a Oviedo y Caprarulo integran la compañía independiente Cientos Volando.
Nuevamente en el Mocha Graña, “Tú no entiendes nada” volvió para desprejuiciar los padecimientos síquicos en una sociedad enferma. Quizá, por eso, nos hablan de incomprendidos seres (¿nosotros?) que día a día aguardan su Destino o, sencillamente, se arman de valor para retornar al mundo hostil e inseguro del que, de cuando en cuando, es bueno escapar.

Créditos de fotos: Juan José Oviedo

Ficha técnica
“Tú no entiendes nada”, de Juan José Oviedo.
Dirige: Juan Carlos Ruiz.
Actúan: Juan Carlos Ruiz (Argentina), Juan José Oviedo y Celeste Caprarulo (Argentina).
Lugar: Casa Cultural Mocha Graña (Av. Saénz Peña 107, Barranco)
Hora: 8pm / Entradas: S/. 25(general) y S/. 15 (estudiantes).
La temporada acaba este domingo 20 de mayo.
Revise el blog para conocer algunas nuevas actividades.

lunes, 7 de mayo de 2012

Los seres felices

Una alegre comparsa de actores y actrices sube a escena. Son seis, como los de Pirandello, pero no van en busca de autor, sino de un esquivo anhelo de la Humanidad: alcanzar un poco de felicidad. O, siquiera, aproximarse a alguna de sus excéntricas formas a través de “Conversaciones sobre la felicidad”.
Esta jocosa y reflexiva obra se compone de breves episodios escritos por César Vera, pero fue concebida desde los rincones del Teatro del Absurdo. En siete fugaces e irreverentes pasajes desfilan la vida cotidiana: una cálida tarde en el café, un día en la oficina, una extraña calle con bailarines o una charla en un parque.


Evocando el absurdo
En noviembre del 2011, el entusiasta elenco del Círculo de Artes Escénicas ya había montado esta pieza en la Universidad de Lima. En ella, incomprendidos personajes critican la existencia y las costumbres, sin proponérselo. Entre las ingeniosas y agudas piezas sobresalen dos. En la quinta historia el trabajo se deshumaniza bajo una visión corporativa que privilegia los resultados en lugar del criterio individual.
Mientras que en la sexta escena, dos amigos intentan ser auténticos bajo la guía de sus impulsos y un manual de autoayuda (es curioso, pero “Conversaciones sobre la felicidad” es también el título de un libro de superación personal publicado en 2007). La resolución en ambos casos –un capricho geométrico y la inédita complicidad entre un criminal y un cómico– son brillantes y coherentes sin perder la esencia de un conflicto absurdo.


Juego de elementos
Las actuaciones son aceptables, considerando la corta experiencia de los actores, y se ven reforzadas con un acertado uso de elementos visuales y melódicos. Es así que en “Conversaciones…” encontramos el ejemplo de cómo una pieza teatral –o varias pequeñas– puede enriquecer su estética con música o imágenes.
Entre sus escenas se superponen y proyectan fragmentos de videos o una sucesión de fotos con un resultado lúdico. A lo que se suma una cuidada lista musical (desde el nostálgico “What a wonderful world”, de Louis Armstrong hasta el poético ritmo de “Amándote”, del uruguayo Jaime Roos) dirigen las pequeñas piezas de la puesta sin desentonar ni llegar a clichés innecesarios.
Quizá, basta eso para entender la felicidad. Una sensación que nada tiene que ver con sonrisas de cartel o efectistas eslóganes comerciales, sino, más bien, con una búsqueda constante, involuntaria y, tantas veces, inconclusa. Como lo hacen los seis personajes despistados que salen a escena.


Ficha técnica
“Conversaciones sobre la felicidad”, de César Vera
Elenco: Paul Valencia, Miguel Chamorro, Elia Alvarado, Rocío Olivera, María Cecilia Silva y César Vera.
Producción: Círculo de Artes Escénicas
Crédito de fotos: Carol Ventura - Fotografía y Diseño